ASPE impulsa el plan ‘Zero Pollution’ de la UE como marco de desarrollo sostenible en la sanidad privada

ASPE impulsa el plan ‘Zero Pollution’ de la UE como marco de desarrollo sostenible en la sanidad privada

Siete de los nueve umbrales que hacen segura la vida en el planeta Tierra ya han sido sobrepasados. Ante este contexto, la sostenibilidad debe guiar las acciones de las organizaciones para asegurar las necesidades del presente sin comprometer los recursos futuros. El plan ‘Zero Pollution’ de la Unión Europea (UE) es uno de los principales estandartes de este movimiento y ASPE, líder del sector de la provisión sanitaria en la lucha contra la denominada mortalidad medioambiental.

El 24% de las muertes en todo el mundo se debe a factores medioambientales, según los últimos datos publicados por la Organización Mundial de la Salud (OMS). Asimismo, el 91% de la población vive en lugares con niveles de polución superiores a los recomendados por el propio organismo.

La UE ha movilizado a su brazo ejecutor, la Comisión Europea, para diseñar un plan de acción que, bajo el nombre ‘Zero Pollution’, reduzca la contaminación de aquí a 2050 hasta niveles que “ya no sean dañinos para la salud humana y los ecosistemas naturales”.

Para ello, la hoja de ruta europea pasa por disminuir para 2030 en hasta un 75% la denominada mortalidad medioambiental causada por la contaminación a través de partículas en el aire. Una cifra que exige una gestión responsable a través de acciones como el cuidado del medio ambiente que se extiende también a los centros de salud cuya actividad diaria está asociada con un elevado consumo de energía y un alto volumen de generación de residuos.

El sector de la provisión sanitaria es consciente de su responsabilidad con el planeta y ha elaborado una ‘receta’ que contempla una serie de medidas basadas en la sostenibilidad y la preservación del entorno en todos sus centros. “Debemos dar ejemplo y liderar una ofensiva que ayude a mitigar el impacto de nuestra actividad para garantizar no solo el cuidado de nuestros pacientes, sino también del medio ambiente”, afirma el presidente de ASPE, Carlos Rus.

Toda instalación sanitaria debe cumplir una serie de requisitos desde la evaluación de aspectos ambientales hasta el estricto cumplimiento de la legislación vigente, el asesoramiento de riesgos y la realización de auditorías internas. Estos centros se comprometen también a establecer objetivos de mejora en base a la información recogida y analizada.

Los centros privados recogen dentro de sus políticas estos principios, que deben ser transversales y hacer partícipes a todos los actores implicados en la organización. Las acciones planificadas y llevadas a cabo responden además a una estrategia con un horizonte temporal a varios años vista que incluye una batería de objetivos claramente medibles.

Centros privados cada vez más autosuficientes

La sanidad privada se aproxima a la sostenibilidad desde distintos frentes como la eficiencia en el consumo, la gestión de residuos y la responsabilidad sobre la huella de carbono que su actividad genera sobre el entorno. “Ser conscientes de nuestro impacto es el primer paso hacia el cambio sin sacrificar la accesibilidad y calidad asistencial de nuestros pacientes”, apostilla Rus.

A nivel de consumo, centros como el Ribera Hospital de Molina ya han instalado su propia planta fotovoltaica en su cubierta para alcanzar una mayor independencia energética. El objetivo es lograr un autoabastecimiento anual del 20%, meta similar a la de HM Hospitales y tres de las instalaciones del grupo hospitalario Viamed Salud que esperan generar cerca de 140.000 KWh al año.

Los centros del grupo Quirónsalud también cuentan con su propio plan de instalaciones fotovoltaicas. Actualmente, se han instalado más de 10.000 placas en una veintena de hospitales con las que obtener una media de 6,8GWh de energía al año. Esta red de instalaciones también ha implementado su propio sistema de control energético que permite monitorizar y controlar de forma más centralizada tanto la climatización como la energía generada y consumida.

La eficiencia energética está presente de igual manera en la sanidad privada mediante acciones como la iluminación eficiente con el uso de tecnología LED, un mejor uso de recursos como el agua y la formación de todo el personal que trabaja para la organización.

Vithas, el primer grupo hospitalario español neutro en carbono

La hoja de ruta de los centros también acoge bajo su paraguas la problemática de la contaminación. Un claro ejemplo es el Ribera Hospital de Molina, que desde hace años utiliza cápsulas de limpieza y botellas recargables para crear productos de limpieza más ecológicos. Gracias a este sistema, se maximiza el ahorro económico y se minimiza el impacto sobre el medio ambiente.

El gran termómetro del impacto de un individuo, organización, evento o producto es, sin embargo, la huella de carbono. Se trata de la totalidad de gases efecto invernadero que se generan de forma directa o indirecta y encuentra en Vithas uno de sus mayores ejemplos a seguir.

La red de centros ha sido el primer grupo hospitalario privado español neutro en carbono en consumo de gas natural y electricidad. Un avance que forma parte de su Plan de Sostenibilidad con el que aspira, entre otros retos, a reducir un 33% sus emisiones de gases de efecto invernadero.

En los últimos años, el conglomerado hospitalario ya ha logrado reducir en un 27,6% sus emisiones anuales de CO2, lo que equivale a plantar 22.467 árboles o a ahorrar la energía que requerirían un total de 164.979 estancias hospitalarias.

La alimentación también puede ser sostenible

Los centros privados se han propuesto cuidar no solo al planeta, sino también a sus inquilinos. Este es el caso del grupo hospitalario HLA que ha reconvertido el servicio de Nutrición y Restauración de sus centros en una palanca para velar por la salud de las personas.

Esta iniciativa, que se ha desarrollado bajo el proyecto AlimentaACCIÓN, busca garantizar un uso más eficiente y racional de los alimentos, fomentar una alimentación más saludable y establecer alianzas con otras organizaciones para diseñar una cultura alimenticia más responsable.

Para ello, aspira a reducir casi a cero el desperdicio alimentario, impulsar el consumo de productos locales y respaldar platos que favorezcan un estilo de vida más equilibrado. La idea es ser conscientes del impacto económico, medioambiental y social de la alimentación y, paralelamente, hacer frente a la problemática del desperdicio de comida en los hogares españoles.

Los españoles desperdician 1.201,92 kilos de alimentos anualmente, según el último Informe del Desperdicio Alimentario elaborado por el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación. Pese a que esta cifra sigue una tendencia descendente, no deja de ser preocupante.

La propuesta de HLA viene al hilo de otras acciones, como el programa de gestión de dietas Coquus que, junto con su software de gestión clínica, Green Cube, adapta las dietas a cada paciente para evitar el sobrante de las bandejas y la eliminación de productos desechables para reducir al 100% el uso de plásticos de un solo uso.

El gran objetivo de la sanidad privada es hacer una radiografía de la problemática y llevar a cabo una serie de medidas que ayuden a combatir la mortalidad medioambiental e inspiren a otras a seguir su ejemplo. “La salud del planeta y sus habitantes debe ser la máxima prioridad de cualquier organización”, concluye Rus.

*SUMARIOS:
  • La hoja de ruta europea aspira a reducir para 2030 en hasta un 75% la mortalidad medioambiental.
  • Huella de carbono, consumo eficiente y gestión de residuos, los tres grandes frentes sostenibles de la sanidad privada.